Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente
Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo el Señor Dios vuestro Dios
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre
Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Jesús les dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie llega al Padre si no es por mí. Si me habéis conocido a mi, conocen también a mi Padre. Desde ahora, lo conocéis, ya lo habéis visto.
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? … De todo esto salimos victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado
Que cada uno estime a los otros más que a sí mismo… Que reine la concordia entre ustedes. No sean, pues, altivos; más bien pónganse a nivel de los humildes.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia. El amor es no es presumido ni se envanece: no es grosero ni egoísta; no se irrita ni guarda rencor, no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad.